
Todo ser humano pasa por la Noche Oscura del Alma. Así se le llama al período oscuro en nuestras vidas que nos ayuda a estar en contacto con nuestra alma, a su nivel más profundo.
Pero los seres humanos no lo tomamos así. Sino que lo tomamos como la catástrofe más grande que nos puede pasar. Así que nos concentramos en los detalles de lo que pasó, ya que le damos vueltas y vueltas en nuestra cabeza, así como también extendemos el sufrimiento, la tristeza y la desesperación, recordando una y otra vez el incidente, contándolo y suspendiéndonos eternamente en el momento.
Por ello, perdemos el foco de la enseñanza profunda y las lecciones que podemos aprender para seguir adelante con nuestra vida. “El tiempo lo cura todo” solemos creer sin entender que somos nosotros quienes tenemos el poder de qué tan extenso queremos sufrir. Y a veces extendemos ese sufrimiento por años.
Se le llamó “La Noche Oscura del Alma” porque para Jesús, su período oscuro en búsqueda del alma se llevó a cabo en tan solo una noche en el jardín de Getsemaní.
El propósito real de La Noche Oscura del Alma es un período necesario para quitarnos la armadura de nuestro viejo YO, que se fue formando de creencias limitantes, experiencias y palabras de otros para darle paso a nuestro verdadero YO. Es un purgatorio para dejar ir lo que nos es innecesario y lo que no ha sanado para seguir el camino hacia nuestro potencial divino. Ayuda a abrir nuestros corazones a nuevos conceptos y creencias.
Después de pasar una Noche Oscura del Alma (ya que se pueden pasar varias en la vida), emerge una persona mejor, en todos los niveles. Una persona más íntegra que puede enfrentarse a la vida de una mejor manera.
Nos ayuda a aprender lecciones valiosas para ser más fuertes y estar en conexión estrecha con nuestra alma. Nos ayuda a tener la habilidad de aprender a manejar estas experiencias de mejor manera cuando nos suceda la próxima vez.
La Noche Oscura del Alma tiene 5 etapas: 1. Desmantelamiento 2. Vacío (que incluye luto y depresión) 3. Desorientación 4. Reconstrucción y 5. Vida Nueva.
El problema es que entre la etapa 3 y 4 hay una brecha enorme donde se tiene que tomar un “salto de fe” para hacer un puente de aprendizaje y rendición para poder cruzar. Y aquí es donde mucha gente se queda trabada y no todos quieren dar ese salto porque les da miedo.
Lo que les da miedo es que saben que tienen que enfrentarse a todos esos traumas, dolor, tristeza, desolación, etc. que vienen cargando desde hace años.
Pero al no querer confrontar esos sentimientos, lo que están haciendo es retrasar su crecimiento personal y las lecciones que tienen que aprender causando que esos sentimientos se vuelvan más intensos y eternos.
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