
Por la Pandemia yo había caído en depresión, ansiedad, teniendo pesadillas y sintiéndome como la más vil de las villanas porque estaba segura en mi apartamento nuevo en Ámsterdam, con la refrigeradora llena de comida cuando sabía que había mucha gente en Guatemala sufriendo por falta de alimentos, hospitales inadecuadamente equipados y falta de información verídica.
Así que cuando llegaba el viernes me ponía a beber hasta ya no poder y empecé a drogarme sola en mi casa y así dormir lo más que podía porque no quería sentir. Había caído hasta el fondo.
Pero un día me desperté y dije: “¡no puedo seguir así!”. Yo no soy una persona que se deja derrotar fácilmente y he tenido muchas experiencias malas en la vida, así que decidí que la Pandemia del Coronavirus no iba a ser lo que me haría sucumbir. Me dije: “¡Un maldito bicho no me va a derrotar a mí! ¡O me levanto o muero!
Me puse a buscar cursos para estudiar y entretenerme. De casualidad, vi un anuncio en el Facebook de un curso para hacer un negocio digital aunque uno no tenía idea de que. Entonces decidí invertir en ese curso.
Como una nota aparte he aprendido que no existen casualidades sino que causalidades.
Para mi sorpresa la primera parte del estudio era sobre el Desarrollo Personal que es un proceso para cambiar tu forma de ver el mundo y tus pensamientos para mejorar tu calidad de vida.
Habían puesto ese estudio de primero porque no querían que las personas fracasaran en sus negocios digitales por tener traumas, creencias limitantes, etc.
Para todos los que empezamos la escuela ese curso fue como una bomba. Teníamos una coach que nos atendía cada viernes y era una mujer con mucho conocimiento y bien preparada. Pasaba a algunos alumnos a compartir cosas personales delante de 300 personas y todos aprendíamos de esos coaching.
Mi vida empezó a cambiar mientras más aprendía sobre ello. Me encantó tanto esa primera parte del curso que ya ni le presté mucha atención a las siguientes partes. Quería saber más. Después de ese primer curso seguí estudiando sobre Desarrollo Personal y ahora voy por el cuarto curso al respecto.
Dejé de tener pesadillas y ansiedad. Dejé de ver los medios de comunicación y toda la desinformación que daban respecto al Coronavirus. Salí de la depresión.
En Septiembre del 2020 me atreví a ir a Suiza a pesar de que el Coronavirus todavía tenía altos porcentajes en todos los países. Fui a los Alpes Suizos a caminar. Me sentía feliz. Fueron unos días maravillosos. Presentía de que se venía un futuro diferente para mí. Lo que no me imaginé fue que tan diferente iba a ser.
En Octubre del 2020 en mi trabajo anunciaron que podíamos ir a nuestro país de origen, así que decidí ir a Guatemala el 11 de noviembre del 2020. Originalmente iba a regresar en enero del 2021 pero regresé a finales de marzo del 2021. Fue el viaje más difícil para mí porque era cuando en Europa estaban empezando a cerrar por primera vez toda Europa para el resto del mundo. No se sabía si yo podría volar de regreso.
A pesar de tener miedo de viajar al otro lado del mundo y no saber si podía regresar a Europa, decidí atravesar el miedo y hacer lo que quería hacer: me fui a Guatemala. Necesitaba ayudar a las personas que estaba ahí. Ese viaje me hizo darme cuenta de mi potencial y fue clave para darle vuelta a mi vida completamente.
En los siguientes escritos voy a desglosar cada una de las herramientas que recibí y los cambios positivos que he tenido en mi vida gracias a ellas.
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