
Cuando yo aprendí que una creencia limitante es una creencia que puede ser inculcada desde la niñez ya sea por familia, lideres de la iglesia, maestros, amigos, nosotros mismos, etc. y que nos genera un estado de ánimo o algo que creo de mí aun ahora en mi adultez, que me condiciona pero no es cierto, ahí sí que sentí de una bomba me cayó encima.
¿O sea que toda la vida he creído que no he tenido talento para dibujar porque mi maestra me lo dijo cuando yo tenía 7 años y no es cierto? Lo que hice en ese momento fue dibujar y me di cuenta de que si puedo.
Luego me enteré de que hay creencias que se pasan de generación en generación pero que nos limitan. Por ejemplo: “El dinero no es la felicidad”. Uno cree que si tiene dinero no va a ser feliz, entonces nos condicionamos a ser pobres.
Y hay otras creencias que nos condicionan a lograr algo. Por ejemplo yo decía: “No merezco el amor”, “Nací para estar sola” y cantaba la famosa canción de Juan Gabriel con tantas ganas: “Yo no nací para amar”. Esas creencias me limitaban para encontrar pareja porque pensaba que no me merecía el amor.
También entendí que hay creencias culturales que nos limitan. Por ejemplo, en Latinoamérica nos enseñan que todos los hombres son infieles. Así que crecemos creyendo que si no somos mujeres posesivas que tengan bien vigilados a los hombres chequeándoles el teléfono y obligarles a que estén con nosotros 24 horas al día, entonces nos van a ser infieles. Ya de por si estamos condicionando a que en la relación va a haber una infidelidad.
En realidad todas estas creencias que nos limitan son patrones que nos atan a una realidad que puede no ser cierta.
Para quitarnos esas creencias limitantes tenemos que pensar que nuestro cerebro es como una computadora que tiene un programa obsoleto y viejo. Lo que tenemos que hacer es reprogramar el cerebro para cambiar esa programación vieja y obsoleta.
Por ejemplo: “No me merezco el amor” ¿Quién me lo inculcó? Pues me di cuenta de que yo misma me lo creí porque tuve una niñez con casi nada de amor. Pero que yo haya tenido una niñez así no quiere decir que de adulta sea así. Me puse a pensar en mis experiencias adultas y me di cuenta de que varios hombres se han acercado queriendo tener una relación conmigo y yo siempre los rechazaba buscando excusas para no recibir su amor.
Y ahí es cuando viene la reprogramación: ¡Yo si merezco el amor! Soy inteligente, guapa, divertida, cariñosa, honesta y me encanta abrazar y besar. ¡Así que si merezco amar!
Lo más interesante de todo esto es que uno se hace creencias por experiencias de la niñez o por cosas que nos inculcaron pero que si estudiamos esas creencias ahora de adultos hay varios factores que tenemos que tomar en cuenta: Ya no somos los niños inocentes que nos creemos todo, ya muchas de esas personas que nos inculcaron creencias limitantes probablemente ya no están en nuestra vida, ya hemos vivido nuestras propias experiencias y puede ser que esas creencias ya no nos sirven, somos adultos, tenemos el libre albedrio de creer lo que queremos creer así que podemos reprogramar nuestra mente.
Al reprogramar creencias limitantes empezamos a tomar las riendas de nuestra vida y empezamos a crear consciencia de que somos nosotros mismos los que podemos transformar nuestra vida.
¿Cuáles son tus creencias limitantes?
Aquí dejare unos enlaces de interés para aprender más del tema:
Hoja en Google Drive para que identifiques y reprogrames tus creencias limitantes
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